Autonomia - La importancia del descanso
El descanso es fundamental en el desarrollo de los niños especialmente entre 0 a 6 años porque es cuando se establecen las bases para su crecimiento físico, emocional, cognitivo y social. Durante sus primeros años de vida el sueño no solo les permite recargar energías después de horas de aprendizaje, sino que también es clave en diferentes procesos esenciales para su bienestar integral.
Cuando los niños duermen y descansan adecuadamente, su cerebro y cuerpo tienen oportunidad de fortalecerse. El sueño contribuye a la consolidación de la memoria, les permite guardar lo que aprendieron en el día, como una palabra nueva o alguna habilidad. Además durante el sueño profundo, el cuerpo produce hormonas que ayudan con el crecimiento y el sistema inmunológico. De igual forma les ayuda a regularizar sus emociones que les servirá para relacionarse mejor con su entorno.
En las escuelas infantiles es importante que los niños tengan un espacio para su descanso. Sin un descanso adecuado, es común ver que los niños se irritan con mayor facilidad, presentan dificultades para concentrarse o incluso tienen menos interés en participar en las actividades. Esto no solo afecta su bienestar, sino que también puede generar incomodidad tanto para ellos como para los demás niños.
Las siestas por las mañanas son valiosas para los más pequeños, una pequeña pausa en el transcurso del día no solo les permiten reponer energías, sino que también los preparan para continuar con sus actividades de manera más activa.
Es una buena opción crear rutinas que respeten las necesidades de cada niño, ya que cada uno tiene su propio ritmo y requerimientos de sueño. Establecer una buena comunicación entre el hogar y la escuela ayuda a garantizar que los niños disfruten de una rutina coherente y beneficiosa tanto en casa como en su espacio educativo. Al colaborar con las familias, se pueden reforzar estrategias que promuevan horarios de sueño regulares, momentos de relajación antes de dormir y una atmósfera que favorezca el descanso.
Otra opción muy importante es atender su dieta y actividad física, evitar comidas pesadas o estimulantes antes de dormir y fomentar la actividad física durante el día, eso contribuye a una mejor calidad del sueño.
Como conclusión cuando se garantiza un sueño adecuado y de calidad, los niños no solo están más preparados para el día a día, sino que también crecen más felices, saludables y equilibrados.
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